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El fútbol para amputados y el cambio social que encabeza a nivel mundial

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Foto: AEFA

No es fácil ver un partido en directo. Si ya el deporte inclusivo a nivel general tiene una visibilidad ínfima en comparación con otros deportes, del fútbol para amputados es una disciplina todavía más complicada de disfrutar. Y, sin embargo, España tiene motivos para el orgullo en este sentido: después de todo, la española terminó en la cuarta posición en la primera ocasión en la que disputó un Europeo de Fútbol para Amputados, el pasado mes de octubre de 2017 en Estambul.

Seis partidos que demostraron el nivel que el combinado nacional podía ofrecer: David Méndez, con cuatro dianas, fue el máximo artillero de España en el torneo. Le acompañaron Zacarías Oualit, con tres tantos, y Francisco Vaquero y Ihab Ettaleb, con uno cada uno.

Los niveles de inclusividad en esta modalidad son absolutos. Está regulada a nivel mundial por la World Amputee Football Federation (WAFF), que sería el organismo equivalente a la FIFA, y que se encarga de regular las normas y el funcionamiento en las competiciones oficiales. También existe un organismo homólogo a nivel europeo que sería European Amputee Football Federation (EAFF). El deporte se practica en más de 40 países de todo el mundo. En nuestro país es la AEFA (Asociación Española de Fútbol para Amputados) la encargada de representar a los deportistas patrios.

Los equipos están conformados por 6 futbolistas de campo más el portero, los partidos duran dos partes de 25 minutos en un campo de dimensiones variables (entre 70 y 55 de largo por entre 60 y 30 de ancho). En este deporte, el ‘offside’ o fuera de juego no existe.

Marcas internacionales como Hummel apuestan por el deporte como método de integración a nivel mundial, desde nuestro país hasta el lejano Japón. Allí, el fútbol para amputados fue protagonista hace escasas fechas de un amplio reportaje explicando su rápido crecimiento desde la base, incluyendo a hombres y mujeres, niños y niñas, casi siempre compitiendo entre ellos en igualdad de condiciones. Por desgracia, este deporte no formará parte de los Juegos Paralímpicos de 2020, en lo que califican desde el país japonés como “una oportunidad perdida” para su expansión y difusión.

En Europa, la gran final del Europeo entre Turquía e Inglaterra congregó a 40.000 espectadores, una cifra de asistencia superior a cualquiera de los cinco partidos clasificatorios del combinado turco para el Mundial de Rusia 2018. El crecimiento es lento pero constante, y el cambio social que conlleva afecta principalmente a la mentalidad con la que se observa a estos luchadores correr sobre una sola pierna, disputar un balón dividido sin el más mínimo temor (el sonido metálico cuando chocan las muletas es impactante) o finalizar una jugada con potentes remates o tijeras espectaculares.

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