Los momentos de enajenación mental transitoria, en partidos con las pulsaciones a mil, no afectan exclusivamente a jugadores, entrenadores y aficionados. También los árbitros caen en ocasiones en errores provocados por el fragor del momento. Es el caso del árbitro del encuentro entre el Nantes y el París Saint Germain, el galo Tony Chapron, quien soltó una patada desde el suelo al local Diego Carlos, quien instantes antes había chocado con el trencilla involuntariamente. Además, el árbitro le mostró segundos después la segunda amarilla y, por tanto, la cartulina roja.
Chapron es un viejo conocido de los aficionados valencianistas, célebre debido a un nefasto arbitraje en el año 2010 en un Brujas-Valencia CF en el que un jugador belga ‘cazó’ a Mathieu en el tobillo y le lesionó de gravedad, dejándole inactivo el resto de la temporada. Chapron ni siquiera amonestó la acción y, además, tuvo un enfrentamiento verbal con varios periodistas al acabar el choque.
El pasado domingo, el colegiado cayó al suelo producto de un choque involuntario con Diego Carlos, en lo que eran los últimos minutos del partido entre Nantes y PSG. Chapron se intentó incorporar y soltó desde el suelo una patada que iba destinada al jugador local. Ya incorporado, mostró al futbolista la segunda amarilla, creyendo que el choque había sido a propósito. El Nantes se quedó con diez jugadores en los últimos minutos del partido que ganó el Paris Saint Germain por 0-1 con el gol del argentino Ángel di María.
Las reacciones de todo el mundo del fútbol no se hicieron esperar: el presidente del Nantes, Waldemar Kita, mostró su indignación en Canal Plus al acabar el partido. «¡Toda Europa se ríe de nosotros! ¡Esto es un chiste! Es amateurismo», exclamó. Mientras, en redes sociales, figuras del mundo del deporte expresaban su perplejidad. Iker Casillas, por ejemplo, bromeó que la patada del árbitro debía suponerle «mínimo tres partidos» de sanción.