Violencia en el fútbol base: ¿paliar o erradicar?

Dibujo: J. R. Mora

Es sabido que para dar solución a un problema es necesario acercarse a las causas. Esta consideración que parece obvia a menudo se escapa en la discusión y en el debate sobre las soluciones. Pero el problema está en el plural, generalmente somos capaces de identificar una causa y centrarnos en ella, pero en realidades tan complejas como las que acompañan a la violencia en el deporte, parcheamos y en consecuencia paliamos. Partimos además de una realidad limitante, nuestra incidencia relativa y nuestras ganas de hacer se mueven entre intereses y posibilidades, y muchas veces puede más el querer hacer cualquier cosa que hacer lo más conveniente.

Hablar de realidades complejas es hablar de realidades con muchas aristas, difíciles de valorar en su conjunto, como todo lo relativo a la violencia en el deporte. Hay quien sólo piensa en la persona, en el individuo, olvidándose de cómo y que aprendemos. En violencia, distinguimos:

  • Factores personales: nos moveríamos entre características de la personalidad, alteraciones emocionales o alguna psicopatología.
  • Factores relacionales: como consecuencia de sus vivencias e interacciones sociales, la persona aprende a usar la violencia para someter, mostrar dominancia y poder, o resolver un conflicto. ¿Dónde se aprende?, en la familia y en el entorno social inmediato (amigos, conocidos, medios de comunicación, escuela……).
  • Factores socioculturales: quizás de una forma sutil, las sociedades suelen dotarse de normas y valores sociales que mantienen la violencia como un comportamiento normal o natural para subordinar o resolver discrepancias.

Ese desglose no es arbitrario, presenta planos de un mismo universo que deben ser tenidos en cuenta. Combatir la violencia en el deporte, exige actuaciones en diferentes frentes, el escolar, el familiar, el deportivo, el social (medios de comunicación) con el objetivo final de transformar a las personas, a las portadoras del enfado fácil, a las que se irritan en milisegundos, a las que solucionan las discrepancia humillando y agrediendo. La administración pública, las federaciones, los expertos, las familias, los clubEs, todos debemos formar un frente común que propongan otras formas de resolver las diferencias.

En el Congreso #STOPViolencia de la FFCV, los que pudimos asistir tuvimos la suerte de escuchar diferentes y múltiples propuestas, la conclusión que yo saco es que no hay unas mejores que otras, porque por si solas son ineficaces, lo que nos lleva a afirmar que han de implantarse en grupo, varias a la vez. La educación emocional es importante, por escasa e inatendida; los mensajes en la camiseta también, te recuerdan que debes autocontrolarte; los saludos iniciales y finales más que nunca, facilitan el cierre y la desconexión de la confrontación; las escuelas de padres permiten la reflexión serena y te acercan al conocimiento útil, etc.

El lenguaje es importante, así que en línea con lo expresado, actuemos para paliar y todos juntos actuemos para erradicar.

Texto: Club Colegio Salgui

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