Foto: Julio G. Milat
Mi diversidad funcional física no me impide seguir disfrutando del fútbol y también ser un profesional del mismo. Todos tenemos capacidades diferentes y nos adaptamos al medio, situaciones y circunstancias.
Mi movilidad es reducida y a veces tengo dolor, ¿pero por ello tengo que abandonar mi profesión? Lo que te hace sentir feliz no tienes que dejarlo. Cada día que pasa, el fútbol está presente en mis pensamientos. Me gusta estudiar este deporte, pero a veces me vienen pensamientos de complacerme viéndolo en televisión. Pero al momento cambio el chip y me pregunto: ¿por qué no se adapta el fútbol a mi?
Un día vi un reportaje sobre Marcelo Bielsa en el que se le veía analizando y estudiando el entrenamiento de su equipo sentado tomando notas en la grada, con su silla y su mesa, algo muy curioso. ¿Es necesario estar en el campo en todo momento con tus futbolistas? ¿No sé sentirán agobiados y dejarán de ser naturales? Hay que dejar espacio al futbolista y eso es compatible conmigo.
Podría comunicarme de muchas formas con mi cuerpo técnico, y a la vez ser libre de realizar mis correcciones o puntualizaciones cuando considere oportuno y mi movilidad me lo permita. La realidad es que, a ojos de muchos, soy José Luis y no una persona con diversidad funcional física, y esto es por mi naturalidad ante las dificultades y mi poder de superación y de ver siempre la vida con un prisma optimista.
Siempre digo que si la vida me ha dado esta enfermedad es para que las personas que me vean y tengan un problema menor que el mío, y lo agranden como si se tratara de una catástrofe, se digan a si mismos: “Si este sale es capaz de salir adelante, yo también”.
Y la vida también me ha ayudado con mi labor como entrenador de fútbol. Me siento afortunado por este obsequio que me ha dado, porque este deporte tiene el gran poder de haberme ayudado a mí y también de poder utilizarlo para hacerlo con los demás.
Texto: Jose Luis López Hernández
Proyecto UNIÓN (Athletic Unión Catarroja)