Lo único que quieren los niños es jugar a fútbol. Bajo esa premisa se han reunido esta mañana en el salón de actos de la ETSID (Universidad Politécnica) un centenar de clubes llegados desde Castellón, Valencia y Alicante. Todos ellos dispuestos a participar en una jornada que pretende abordar el problema de la violencia en el fútbol base. “No me atrevo a decir que aquí vamos a erradicar el problema, pero sí que vamos a poner todos los medios para tratar de evitarlo”, anunciaba Vicente Muñoz, presidente de la FFCV, en la inauguración del Congreso, y añadía dirigiéndose a los representantes de las escuelas presentes: “Con vuestra ayuda y consejo vamos a luchar por desterrar la violencia de los campos donde juegan nuestros niños”.
El objetivo de la jornada matutina es analizar el origen y causas de la violencia en el futbol de formación y acercar a las escuelas las herramientas –jurídicas y psicológicas- que pueden emplear para frenar esta lacra antes de su inicio, desde la visión de expertos en las materias.
Desde un triple prisma de ex jugador amateur, padre y periodista; Héctor Esteban, Jefe de Deportes de ‘Las Provincias’, daba paso al primer simposio de la mañana de forma crítica y llamando a la unidad desde todos los ámbitos que confluyen en el deporte, “porque los niños se ven presionados por esas circunstancias ajenas al juego”. “Como padre sé que muchas veces nos dejamos llevar y perdemos el norte en el campo, sin entender que el que manda es el entrenador y que lo único que quieren los niños es jugar y pasarlo bien”, y concluía: “Como periodista, observo que los medios deberíamos ser altavoz también de las medidas positivas que ponen en valor el trabajo de las escuelas base, no solo hacernos eco de lo negativo”.
El primer experto en tomar la palabra fue Alejandro Valiño, catedrático de Derecho en la Universidad de Valencia, que expuso el marco legal que regula la violencia en el deporte y en especial en el fútbol. Como advirtió el jurista, que es también miembro del Tribunal del Deporte de la Comunidad Valenciana, “es complicado actuar sobre los padres que se muestran violentos en las gradas –uno de los principales actores causantes de la violencia-, ya que no tiene licencia federativa y por tanto no pueden ser sancionados desde el Tribunal del Deporte”, pero la ley sí que prevé multas a tener en cuenta: “Para las infracciones graves, la Ley del Deporte establece multas de hasta 60.000€ y para las infracciones leves, las más habituales, debe saberse que existen multas de 600€”.
Tomó el relevo Santiago Navarro, miembro del Comité de Competición de la FFCV y ex vicesecretario de la institución, que deberá ser el encargado de ejecutar las medidas que se planteen en el Congreso. Aunque hizo un llamamiento a los clubes para que eduquen no solo a los niños, sino también a padres –“que son el sustento por el que sigue existiendo el fútbol base”- y entrenadores, reconoció que la violencia es una lacra que está en extinción. “Mi trabajo ha estado vinculado desde siempre a la disciplina deportiva, y la realidad es que en la actualidad se han reducido mucho los casos de violencia”, pero advirtió que las facilidades que otorgan las redes sociales y tener un Smartphone a mano duplican la repercusión mediática.
Cerró el primer simposio de la mañana David Peris, presidente de la Associació de Psicologia de l’Esport de la Comunitat Valenciana (APECVA). El psicólogo explicó su labor como “solucionador para que los deportistas sepan comportarse y adaptarse a la presión del juego”. Y expuso las claves para crear a un jugador mentalmente fuerte: “debe tener percepción de control y jugar con la cabeza pero sin exigirse demasiado”. Para ello, criticó cómo los ambientes violentos dan al traste con esa mentalidad fuerte: “Provoca pensamientos negativos, que generan sentimientos de ira y el jugador desarrolla actuaciones violentas”. “Estamos creando jugadores que en vez de estar centrados en ellos mismo, están centrados en pisar la cabeza al contrario”, reprochó. Peris reclamó a entrenadores, dirigentes, árbitros y padres que se den la mano, porque ellos son “quienes hacen fuertes mentalmente a los niños”.
Texto: FFCV