Directiva de UD Benicalap en su visita a CV Radio | Foto: Esportbase
Un club, un barrio, una ilusión. Este es el lema de una escuela que parece llevar muchas temporadas en activo pero una gran cantidad de gente no sabe que se fundó en 2011. El UD Benicalap es fruto de la unión del Benicalap CF y el San Roque, dos rivales directos, que siempre luchaban en los puestos de cabeza pero nunca acaban de ganar ligas. En ese año por fin dieron el paso con el objetivo de juntar fuerzas y aspirar a todo.
Parte de la directiva del UD Benicalap con sus colores emblemáticos | Foto: Ángel Ferrer
Tras 6 años compitiendo se han limado ya todas las asperezas entre los jugadores y el balance, hasta ahora, es muy positivo. Están subiendo en calidad y en cantidad de jugadores. Actualmente hay 260, con tres lineas en todos los equipos en fútbol 8 y dos equipos por categoría en fútbol 11. «Tenemos dos líneas: una competitiva y en otra dónde no se exigen resultados, eso es otro de nuestros pilares». Pese a esto no quieren perder sus valores y su identidad en la línea competitiva.
El problema que tienen es la cercanía de grandes escuelas: Torre Levante, Alboraya, San José… Su Director Deportivo, Julio Martínez afirma que su fuerza para atraer jugadores reside en que éstos se sientan como en casa, ya que es un club muy familiar.
UD Benicalap durante la tertulia con David Blay | Foto: Ángel Ferrer
El barrio se vuelca con ellos, les apoya y tienen más de un patrocinador, aunque siempre se quiere más. «Otra cosa que nos caracteriza es que tenemos un comercial que se encarga de buscar publicidad, eso no lo tiene nadie». Este es un detalle de una escuela que mira al futuro con la idea de profesionalizar al máximo su fútbol base. Esta temporada su objetivo es salvar al Cadete ‘A’, dicen que es muy importante que no descienda porque marca el ritmo de la escuela.
«Es importantísimo vender bario, volver a vender barrio y seguir siempre vendiendo lo que somos: un club de barrio».
Quieren que la gente se sienta cómoda y esté orgullosa de jugar en el club de su barrio y no tenga la necesidad de irse más lejos a jugar a fútbol. Esta es la clave para que sigan creciendo.