La salida de Nabil Touaizi rumbo a la escuela del Manchester City ha reabierto el debate sobre la cantera del Valencia CF, cuando se cumple año y medio desde el arranque de la nueva etapa en la Academia, capitaneada por Jose Ramón Alesanco. Una marcha que ha dolido por la manera de producirse, pero que también avisa de una serie de riesgos a corto plazo que sitúan a otros prometedores jugadores, como el cadete coreano Kangin Lee o el alevín argentino Leo Coira, en el epicentro de decenas de discusiones respecto al trabajo desarrollado en Paterna.
NABIL: UNA ‘FUGA’, CUATRO VERSIONES
Con Nabil ya enrolado en las filas del City, es momento de poner sobre el tapete todas las versiones. La más importante, la tesis que el Valencia sostiene respecto a una normativa FIFA que deja desvalidos a los clubes ante otras entidades más poderosas: un simple cambio de residencia familiar sirve para que, siempre y cuando el jugador no haya cumplido todavía los 16 años, se pueda ‘captar’ su talento en otro club sin pagar apenas dinero, una simple compensación por derechos formativos que en el caso del hispano-marroquí oscilaba en torno a 100.000 euros. Lo dijo el propio Alesanco en tono jocoso: «Igual hay algún abogado que pueda ayudarme con este tema…».
A la postre, el jugador podría haberse marchado por poco dinero, y en el Valencia consideran que se le sacó el máximo beneficio a una coyuntura en la que la prioridad era que el jugador no se moviese de Paterna. Una vez estuvo claro que quería hacer las maletas («nos dijo claramente que quería marcharse»), el club -gracias, entre otras cosas, a la fluida relación con el City de Txiki Beguiristain– sacó casi cuatro veces más dinero por el traspaso a corto plazo (más de 350.000 euros), variables que pueden superar ampliamente los dos millones de euros y un 15% de un futuro traspaso, además de una opción de tanteo. En la Academia VCF creen que, visto el panorama, obraron correctamente.
La familia del jugador, como es lógico, ofrece una versión diferente. Más allá de las cantidades económicas que ofrecía el City (Nabil percibirá, en su primer contrato de formación como ‘citizen’, cerca de 400.000 euros anuales), hablan de una cuestión de confianza. Desde meses antes de marcharse, la familia y el propio futbolista pidieron al club reevaluar el plan específico a nivel deportivo para él, ante la sensación de que debido a sus condiciones deportivas podría subir un peldaño antes de lo previsto y comenzar a entrar en una dinámica más exigente en el equipo Juvenil de primer año. Eso fue en verano de 2016, y el club hizo esa concesión: Nabil llegó a estar enrolado en el conjunto Juvenil, aunque a las pocas fechas volvió a regresar al Cadete de Liga Autonómica.
Los agentes del futbolista, Interstar, ofrecen una explicación similar. Ante lo que el jugador consideraba un bloqueo a su progresión, trataron de hablar con el club hasta en tres ocasiones. Ante la negativa a variar el plan deportivo para Nabil, tras la petición de la familia, se buscó una solución. Llegó un interés del Manchester United, recomendado por Phil Neville, que conoce bien al jugador ya que comparte edad y categoría con su hijo Harvey (el propio Phil Neville aseguró a ESPORTBASE que no recomendó el fichaje del jugador). Pero el City fue más rápido: Beguiristain transmitió a Alesanco su interés en una comida hace tres semanas, y a partir de ahí la marcha del jugador se cerró con cierta rapidez al tener que cumplirse la condición de hacerse antes del 1 de febrero, cuando el jugador cumplía 16 años y se activaba su contrato de formación con el Valencia (con una cláusula de rescisión de 2 millones de euros).
En todo este asunto, lo más sorprendente ha sido la versión del antiguo representante de Nabil, Mario Parri (de Parri Asociados). Al ex futbolista, según explicó en Radioesport hace unos días, le mandaron un burofax hace unos meses diciéndole que el jugador no quería seguir con su agencia, «cuando yo estaba proceso de una renovación de contrato de Nabil con el Valencia CF». Parri se mostró crítico con los actuales agentes del chico, le exculpó de lo ocurrido («el chaval es el que menos culpa tiene, la situación familiar marca mucho, la madre no nos dio ni la oportunidad de hablar») y aseguró que, dadas las circunstancias, «Alesanco ha hecho una gran operación para el Valencia» con la gestión de la marcha de Nabil.
KANGIN LEE, ¿EL SIGUIENTE?
¿Y ahora, qué? La normativa FIFA corre en contra del Valencia, que puede encontrarse con otra salida pronto en su equipo cadete: el coreano Kangin Lee, tras cinco años en la Academia, podría acabar saliendo antes de final de este mes si llega algún club interesado y aprovecha el cambio de residencia para llevárselo casi gratis. El jugador cumple años el 19 de febrero: ese día, se activará el contrato de formación y esa ‘Licencia P’ ya pactados con el Valencia. Pero, ¿y si antes acaba haciendo las maletas?
El jugador también está representado por Interstar y, además, ha sonado con insistencia en los últimos meses como objetivo del Real Madrid, aunque sus agentes insisten en que «no hay nada» a fecha de hoy. Sin embargo, otro factor juega en contra de su continuidad en el Valencia: al igual que ocurrió con Nabil, los padres de Lee (que era buen amigo del hispano-marroquí en Paterna) también reclamaron el pasado verano que su hizo diese el salto a un peldaño más en su formación al considerar que su ciclo en categoría cadete había concluido. Y, al igual que ocurrió con Nabil, el Valencia no ha sabido satisfacer su petición.
En ese sentido, la Academia VCF sigue con el mismo pensamiento: ante la actual normativa, es muy difícil retener a jugadores que se vean seducidos por otros clubes con mayor potencial económico. Alesanco siempre repite la misma frase cuando es entrevistado: «No podemos romper la Academia», en referencia a que un trato especial o un mayor dispendio económico en retener a los jugadores con más proyección conllevaría una escalada de peticiones, renegociaciones de contratos y condiciones que no beneficiarían al club.
LEO COIRA, ‘ATADO’ EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE
No todo son malas noticias en las últimos semanas para la cantera blanquinegra. Sin ir más lejos, hace unos días el club sí pudo ‘atar’ a una de sus más firmes promesas: el argentino Leo Coira. El futbolista, nacido en 2005 y que fue captado de la escuela del Real Madrid hace dos años, sigue con paso firme su progresión por las categorías de formación, y ha visto renovada su vinculación con el club dos años más, hasta 2020.
No se trata de un contrato de futbolista profesional, ni mucho menos: en el caso de Coira, como en mucho otros a su edad (cumplirá el mes que viene 12 años), se redacta un contrato de ayuda al jugador en el que se garantiza al menor una serie de condiciones (educación, asistencia al colegio, ayuda de autobuses para los desplazamientos a entrenar, ayuda económica a la familia, etc.) para estrechar el vínculo entre el futbolista en formación y la entidad para la que juega. De momento, Coira ya ha subido un peldaño: el centrocampista está jugando con el Infantil B Fundación VCF.
Sin embargo, el Valencia (como sucede en otros muchos clubes) es consciente de que esta ‘renovación’ puede convertirse en cualquier momento en papel mojado, siempre que la actual normativa FIFA se mantenga. Así, la única solución a la fuga de talento que se produce en Paterna, y en tantas escuelas del fútbol español (en Inglaterra echan sus redes en nuestras canteras cada vez en edades más tempranas) es mantener al jugador y a su entorno protegidos, contentos y satisfechos de militar en sus filas, contrarrestando así el poderoso efecto que ofertas económicas superiores puedan ejercer para marcharse. Ofrecer proyecto de formación deportiva y profesional para que el jugador quiera jugar en Paterna por muchos años. Ese es el reto, a fecha de hoy, de José Ramón Alesanco y colaboradores.
Grande paco
Es Leo Coira, no Leo Coria.