Historia de una tortuga: así se motiva a los chavales en Benimaclet

Puede que hablar de incentivos en el fútbol no se un tema demasiado original: después de todo, los jugadores profesionales gozan cada año de ese pequeño (o gran) ‘plus’ que sus clubes ponen ante ellos para ganar un partido concreto, conquistar un trofeo o lograr una clasificación definida. Y si cumplen, se les premia. El Sporting Benimaclet hace lo mismo, a mucha menor escala. Y con unos incentivos algo más peculiares.

Así nos topamos con Óscar Lacruz, jugador de 9 años militante en las filas del Sporting y que, desde la temporada pasada, arrastraba una ‘prima’ que nunca se fue de su mente. «Era un equipo que perdía bastantes partidos, así que hice apuestas y ‘primas’ con todos los del equipo», recuerda el secretario Fran Torrecillas. De hecho, una de esas apuestas motivacionales era que, si un jugador concreto metía un gol por la escuadra, Torrecillas tenía que dimitir ‘ipso-facto’ de su cargo. Ese chico marcó ese gol soñado, y el secretario presentó su dimisión ante la directiva, aunque -entre carcajadas- no se la aceptaron.

Daniel Pérez de Tudela (presidente) y Fran Torrecillas, secretario del Sporting | Foto: Ángel Ferrer

Daniel Pérez de Tudela (presidente) y Fran Torrecillas, secretario del Sporting | Foto: Ángel Ferrer

Volvamos a Óscar. «Mi apuesta con el era que, si marcaba un gol, yo me comprometía a comprarle una tortuga«, rememora el dirigente. Y así pasaron las semanas. Los meses. Más de un año. La leyenda del ‘gol-tortuga’ iba creciendo entre los propios compañeros del chaval, el resto de técnicos y los padres de los jugadores. Parecía imposible que llegase el día.

Hasta que, hace dos semanas… ocurrió.

Óscar marcó gol. Y se desató la locura.

El caso de Óscar no tendría nada de particular, de no ser porque se trata de un chaval con dificultades respiratorias, que suelen impedirle competir a un alto ritmo. Pero el chico tenía voluntad, perseverancia y mucha, muchísima memoria. Por eso, nada más hacer el gol, buscó con la mirada a los aficionados, extasiados mientras clamaban por la tortuga como recompensa a su esfuerzo. «Toda la afición se puso a gritar: ‘¡La tortuga! ¡La tortuga!»

Ese mismo día, la madre de Óscar no tardó apenas en hacerse con una pequeño quelonio para su hijo… que Torrecillas pagará gustoso de su bolsillo.

La anécdota de la tortuga, verde como el equipaje del Sporting Benimaclet, dará paso a nuevos retos y ‘primas’ motivacionales en las próximas jornadas. «El año pasado hubo un partido en que los primé con dinero, y corrieron como nunca«, admite el secretario entre risas, «¡igual que los mayores! ¡Y eso que sólo les había prometido un euro a cada uno de los jugadores del equipo!» El dirigente acumula promesas de dimisiones a varios jugadores, «lo cual les motiva mucho, no se por qué motivo», y «alguna que otra mascota también» para aquellos niños que logren cumplir su objetivo. Motivaciones sanas y divertidas para un club que, con detalles así, muestra su cara más familiar.

Autor / 1830 publicaciones

Fundador y director de ESPORTBASE Media desde 2015. Periodista, educador y deportista. Tras una década con los 'mayores', descubrí lo satisfactorio que es inculcar valores deportivos y personales a los niños. Mi padre fue mi héroe.

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