Evitar las lesiones y, si se producen, facilitar su rápida recuperación es una máxima en cualquier actividad deportiva y, especialmente, cuando hablamos niños o adolescentes en fase de crecimiento, donde hay que ser más cuidadosos para evitar consecuencias no deseadas a largo plazo. En el caso del futbol, encontramos un deporte muy competitivo y exigente, intenso, de acciones rápidas, donde se producen no pocos encontronazos.
Carreras, golpes, pisotones, patadas … forman parte de la esencia de un deporte donde el juego en equipo, la colaboración, que a menudo se traduce en genialidad, despierta enormes pasiones y donde el miedo a la lesión, a tener que dejar de jugar durante algún tiempo, acompaña al deportista cada día.
Vinculados al deporte, sobre todo a la alta competición, en los últimos años la innovación y los avances técnicos, han ayudado a mejorar la práctica de diferente disciplinas. Hoy la innovación en salud ayuda a evitar riesgos de lesión, mejorar los tratamientos y rendimientos, optimizar la rehabilitación y disminuir el tiempo de recuperación. Unos avances que pueden y deben ser aprovechados por los equipos y deportistas que conforman el Fútbol Base, porque hay multitud de materiales, tecnologías y tratamientos de última generación, desarrollados para los deportistas de élite, que están a disposición y son accesibles para cualquier persona.
El análisis de la pisada y del patrón de marcha, del golpeo del balón, de la musculatura de cada jugador e incluso de su demarcación en el campo, determinan la adecuada utilización de unas botas de fútbol para cada jugador. Con cuatro tacos en la parte trasera, o de solo dos, de aluminio o de naylon, pueden ser factores determinantes a la hora de obtener el mayor y mejor rendimiento de un jugador y de su equipo. En paralelo, las soluciones comerciales de bajo costo para la recolección y monitoreo de datos y su análisis pueden ayudar a mejorar el rendimiento deportivo, físico y táctico de los equipos. Así, los avances en nuevos materiales, en nuevas técnicas de entrenamiento y en medicina deportiva marcan las diferencias.
La elaboración de estándares sobre salud, alimentación, crecimiento y estado físico permiten modelar al futuro deportista y obtener el máximo rendimiento, limitando los riesgos, y deben incorporarse a la práctica del Futbol Base, donde la tecnología debe tener cada día una función más relevante.
Con una sencilla App y un reloj o pulsera inteligente (werable devices) podemos monitorizar nuestra actividad física y su progresión y entrenar manteniendo unos límites de esfuerzo saludables. Hoy se utilizan estos dispositivos para el control médico de la obesidad infantil monitorizando el día al día del niño utilizando una pulsera que informa al médico de su actividad cotidiana y permiten personalizar los tratamientos de acuerdo a aquélla. Estos sistemas han empezado a ser útiles también en la prevención de accidentes extremos como la muerte súbita, que no son son ajenos a los más pequeños. Estamos ante la tecnología al servicio de la prevención, diagnóstico y rehabilitación del deportista.
El auge de los wearable devices para deportes, crea un escenario lleno de nuevas posibilidades donde el propio deportista podrá asumir el control de lo que hace y mejorar su progresión.
Otro tanto ocurre con la alimentación y la nutrición, que el el caso de los niños, permite completar valores del futbol como el compañerismo y el trabajo en equipo con un estilo de vida saludable, que contempla una buena alimentación, con dietas basadas en el conocimiento de las reacciones bioquímicas de los alimentos dentro del cuerpo humano que, complementadas con suplementos energéticos de última generación, mejoran el rendimiento y ayudan a prevenir y curar lesiones en un tiempo record.
Se trata de cuidar la salud y el estado físico practicando deporte con la ayuda de pulseras inteligentes, de zapatillas ultraligeras, podómetros, bebidas energéticas y de artículos innovadores, asequibles para el bolsillo del ciudadano de a pie. La tecnología deportiva low cost ha democratizado y seguirá democratizando el uso de dispositivos médicos ligados a la actividad deportiva, como los pulsómetros y aplicaciones inalámbricas.
El “triplete” Innovación-Deporte-Salud, afecta tanto al ámbito de los deportistas de competición como en los aficionados y ciudadanía en general y todos deben participar y beneficiarse de ese nuevo ecosistema. El deportista, el médico deportivo, el entrenador o el directivo de un gran club son piezas claves en la nueva innovación colaborativa, que incluye también a centros de investigación, empresas, inversores… en un planteamiento de innovación abierta.
El en caso del fútbol, los grandes clubes, por su capacidad económica e interés deportivos, tienen la oportunidad de dar un paso más e impulsar la innovación de dos maneras. La primera creando equipos de innovación dentro del propio club, implicando a sus equipos de médicos, entrenadores, fisios… La segunda, financiando a equipos de investigación que trabajan en el ámbito deportivo, facilitando su desarrollo y asegurando el éxito de sus ideas, transformándolas en productos que acaben beneficiando al conjunto de los deportistas y de la sociedad. En este punto, el Fútbol Base tiene el desafío de incorporar poco a poco a su actividad todas estas innovaciones, de aprender de las mejores prácticas de los grandes clubes para enriquecer su actividad, mejorar el rendimiento y asegurar la salud de sus jugadores.
Alfonso Beltrán García-Echániz
Director general de La Fundación para la Innovación y la Prospectiva en Salud en España (FIPSE)