El fútbol nos encanta, nos apasiona, nos mueve y supone fuente de ilusiones y esperanzas para muchísima gente. Gente que empieza a jugar de pequeño y que, en algún punto del camino, abandona la práctica del deporte para perseguir otras metas. Normalmente la transición suele ser gradual y lógica, dado que no todos pueden llegar a la élite. Sin embargo, es menos habitual ver a una joven promesa del balompié decidir que ya ha sido suficiente.
Víctor Pino (Castellón de la Plana, 1995) decidió colgar la botas hace unas semanas. Lo decidió con apenas 21 años y una carrera en la que ya había debutado en Tercera División con ‘su’ CD Castellón, había militado en el Villarreal y constituía una de las más firmes ‘perlas’ de la cantera albinegra. Lo deja porque está hasta el gorro, cansado y con ganas de cambiar de aires. ESPORTBASE Radio pudo preguntarle de primera mano por sus motivos y su nuevo camino en la búsqueda de la felicidad.
ESPORTBASE: Su historia es impactante, pero quiza la frase que más sorprende es cuando usted afirma que el fútbol le ha «destrozado la vida».
VÍCTOR PINO: Entiendo que a la gente le choque que un chaval de mi edad se deje el fútbol, pero únicamente he hecho lo que quería y sentía. Llevaba un tiempo sin disfrutar del fútbol al cien por cien, y cuando pierdes la pasión por lo que haces es tontería seguir haciéndolo.
EB: ¿Cuántos años llevaba vinculado al fútbol?
PINO: Empecé con cuatro años en el San Pedro, el equipo de mi pueblo. A los nueve ya pasé al CD Castellón, y he estado allí casi toda mi vida. En juveniles me fui al Villarreal, luego volví al Castellón y juegué en Tercera. Me marché al Olímpic de Xàtiva, las cosas no me salieron, y regresé cerca de mi casa al Borriol, al equipo de Sergio García. Eso fue el año pasado. Este año empecé en el Castellón, pero tras ver que llevo sin disfrutar varios años y que hay más cosas en la vida, el fútbol no lo es todo. El fútbol no me hacía feliz, así que he decidido dejarlo de lado.
EB: Pero usted llegó a jugar en el primer equipo de su club, a ser un hombre importante.
PINO: Así es. Cuando regresé del Villarreal, que me había firmado tras aquella temporada en la que hice 50 goles con el Castellón juvenil, iba a tener ficha del filial. Pero me gané la confianza del míster y apostó por mi.
EB: Y con esas credenciales y esa trayectoria tan prometedora… ¿cómo ha acado usted tan ‘quemado’?
PINO: La gente que juega al fútbol y conoce ese mundillo sabe que es muy complicado. El fútbol te quita muchas horas, es muy sacrificado, estás los siete días pensando en el fútbol. No puedes descansar, ni tomarte nada con los amigos, ni irte de fin de semana con la familia. Llevaba ya varios años viviendo sólo para el fútbol, y no me hacía feliz. Decidí que seguir más años desperdiciando mi vida en ese sentido no merecía la pena, no era lo que quería.
EB: Ahora trabaja usted en otro sector…
PINO: Ya hace un año y medio que me puse a trabajar, porque en Tercera División el sueldo no da para vivir. Gracias a Dios tengo una empresa familiar vinculada a la compraventa de pescado, y trabajo allí. He dejado el fútbol pero al menos tengo un trabajo.
EB: ¿Qué le dijo su familia, a su novia, cuando les contó que se lo iba a dejar?
PINO: Primero me dijeron que me lo pensara bien, y preguntaron si estaba meditado o era un arrebato del momento. Cuando se lo expliqué y les dije que no conseguía ser feliz, la gente de mi alrededor vio que mi personalidad alegre había cambiado, no era el mismo: en cuanto se me preguntaba sobre fútbol estaba siempre irritado y no les respondía bien. Por lo tanto, si esa decisión iba a hacerme feliz, me apoyaban al cien por cien.
EB: Nos dijo David Salavert, que estuvo siguiéndole para ficharle para el Levante, que veía en usted a un jugador al que le gusta jugar y que en cualquier momento puede ‘reengancharse’ al deporte. ¿Qué le parece?
PINO: No me esperaba sus palabras, se las agradezco mucho. Esta no es una decisión que se toma de la noche a la mañana, es un cúmulo de cosas. El tiempo dirá si aciertas o fallas. Si en un futuro me vuelvo a ilusionar y me nace del corazón volver a jugar, lo haré de nuevo. David lo sabe, mi vida siempre ha sido el fútbol. Ahora mismo quiero hacer otras cosas, estaba demasiado saturado. Toca buscar la felicidad, que es lo más importante y seguro que no está lejos.
EB: Para terminar, ¿qué consejo le daría a algún joven jugador y a su entorno, si se ve en una situación de presión similar?
PINO: Lo primero, que disfrute de lo que hace, sea el fútbol u otra cosa. Y lo segundo, lo digo por experiencia, tiene que ver con la exigencia. Yo me exigía demasiado, y creo que en el campo se notaba, no lo disfrutaba. El fútbol no debe convertirse en una rutina, sino en algo que te guste de verdad.