Uno de los aspectos que traen de cabeza a todos los equipos de fútbol, es sin duda la preparación física de sus jugadores, y dentro de ella la resistencia aeróbica, que no es otra cosa, que la capacidad del organismo para mantener el máximo tiempo posible un esfuerzo aeróbico o de intensidad leve/media, es decir, la resistencia pura y dura a un esfuerzo continuado, el común «fondo físico», sobre el que se trabajan otros aspectos más particulares.
El tipo de esfuerzo al que se somete al cuerpo no es excesivamente intenso, trabajando entre 120-145 pulsaciones por minuto durante un espacio amplio de tiempo en el que interviene prácticamente todo el organismo mediante el cual se obtienen una serie de mejoras en el rendimiento del deportista:
– Se reducen considerablemente el número de pulsaciones para un mismo nivel de esfuerzo, pudiendo trabajar a mayor velocidad manteniendo las misma pulsaciones
– Ayuda a fomentar la fuerza de voluntad y el esfuerzo de los jugadores
– Reduce la sensación de cansancio
– Mejora la recuperación tras el ejercicio, así como la eliminación de toxinas
Además de estos cuatro aspectos destacados, es importante trabajar la capacidad de la resistencia aeróbica, ya que ayuda a que el corazón pueda almacenar más sangre, mejora la capacidad respiratoria y el funcionamiento de los riñones. La disminución de la frecuencia cardíaca, es sin duda uno de los pilares sobre los que se asienta la importancia de este tipo de ejercicios, ya que reducimos las posibilidades de tener problemas cardíacos durante el ejercicio.