Las nuevas tecnologías y el ritmo de vida de este nuevo siglo XXI ha provocado que la lectura ha pasado a un segundo plano, en el que más del 90% de los chavales ya no leen por interés personal, solo por obligación o necesidad. Esto obliga a los padres a hacer un esfuerzo extra, por acercar los libros a los más pequeños, en un empeño personal, del que muy a largo plazo, se obtienen resultados. Fomentando este hábito, abrimos las puertas a otra forma de compartir, de relacionarse, de contemplar el mundo, sabiendo además que la lectura es para siempre
Las ventajas de leer son innumerables, pero estas son algunas de ellas:
– Entretiene y divierte en cualquier circunstancia
– Es una puerta abierta al conocimiento y a mundos nuevos
– Desarrolla el pensamiento crítico y ayuda a razonar
– Potencia la imaginación
– Moviliza conexiones y zonas cerebrales que benefician el funcionamiento cognitivo de nuestro cerebro
– Ayuda en el día a día a las relaciones personales en casa y fuera
Sabemos que la tarea no es sencilla, pero los beneficios son incuestionables. Hay muchas maneras de acercarles a este apasionante mundo, pero sin duda, la más importante es predicar con el ejemplo. Es complicado que un niño/a lea, si en su entorno nadie lo hace. Para ello, establecer horarios en los que se mantenjan alejados de las nuevas tecnologías o visitar con ellos bibliotecas o librerías puede ser una excelente forma de dar un primer paso.
Proponer la lectura de aquellos libros que sean de una extensión y complejidad menor, que aprendan a resolver ellos mismos algunos de los problemas que se dan en el día a día y leer con ellos de vez en cuando, son otros de los consejos que nos pueden ayudar para que los millones de historias y mundos que escoden los libros, no queden en el olvido.