Si bonito fue para el Alevín D del Alboraia UD ganar la fase de plata del Torneo Primer Toque el pasado mes de Marzo, y fantástico alzarse con la copa de la Liga en el Grupo B3 de la categoría, lo de hace unos días en el XII Torneo Vila de Guadassuar fue realmente «emocionante, único, especial», según contaron sus integrantes.
Un torneo muy bien organizado, con unas instalaciones muy adecuadas y un ambiente sano de deportividad, esfuerzo y diversión. Durante la mañana se disputaron los partidos de la fase clasificatoria, para por la tarde, pasar a la fase de eliminatoria. En su transcurso se mostró una gran competitividad y entrega de todos los niños del Alboraia, y con la dosis de fortuna que todo campeón necesita, el equipo se plantó en la final. Como rival, un auténtico equipazo, el Alevín del Kelme que superaba en edad, y por lo tanto en presencia física, al conjunto alborayense.
El partido, cómo se esperaba, fue muy competido, las alternativas en el marcador fueron constantes, y la intensidad y la pasión de los niños en el juego fue total. Por dos veces el Alboraia remontó un marcador adverso para finalmente alzarse con el triunfo. Un merecido 4-3 que ponía el fantástico colofón a una jornada que define perfectamente el valor del deporte. Los campeones del conjunto de l’Horta Nord se lo dejaron todo en el terreno de juego, y también sus familias.
Estos triunfos no son fruto de la casualidad, sino de un trabajo fantástico que ha liderado Jorge Roig, el míster, quien ha trasladado al equipo los conceptos futbolísticos que les han hecho crecer como jugadores por un lado y, por otro, los valores por los que los padres “se comprometen” para que sus hijos hagan deporte: compañerismo, solidaridad, humildad, esfuerzo, respeto, ilusión…
Cada niño del equipo, cuentan sus familiares, «se ha sentido importante en su papel, ha sido querido y valorado, apoyado en los momentos malos que se tienen a lo largo de la temporada, y animado a superarse como persona y futbolista». Un concepto de equipo que les ha hecho campeones, pero sobre todo les ha hecho felices. Felices de compartir esta pasión por el deporte, por la educación y por los valores. Los padres lo tienen claro: «Os animamos a seguir este camino, es maravilloso», sentencian.