Palop: «Alrededor de los chavales hay un circo mediático que no les ayuda demasiado»

Andrés Palop Cervera (l’Alcudia, 22 de octubre de 1973) colgó los guantes en 2014 tras dos décadas de carrera como jugador, en las que ha logrado dos Ligas, tres Europa League y una Eurocopa entre otros títulos con Valencia CF y Sevilla.  Ha tenido en el Alcoyano su primera experiencia como entrenador, y sufre desde la banda como un padre más los avances de sus hijos en el fútbol base de la Comunidad Valenciana, ambos porteros como él. ESPORTBASE ha querido compartir con él sus experiencias como jugador y entrenador.

ESPORTBASE: Enhorabuena en primer lugar: quinta Europa League para un Sevilla que hace historia en la competición. Parece que el camino qué iniciaron sigue dando sus frutos. ¿Cómo ha vivido el partido desde la distancia?
ANDRÉS PALOP: Muchas gracias. Ha sido muy intenso, con una primera parte con muchas dudas, porqué el Liverpool se mantenía más entero, pero con una segunda parte que sólo ha tenido color sevillista. En definitiva, ha sido algo histórico, no sólo por el partido, sino porqué la entidad ha hecho historia, y nos ha regalado una década brillante.

EB: Acaba de dejar el banquillo del Alcoyano. ¿Qué tal su primera experiencia en los banquillos? ¿Qué ha aprendido?
AP: Muy bien. La verdad es que ha sido una experiencia muy productiva, en la que nos hemos encontrado muchas situaciones de las que aprender y crecer como cuerpo técnico, y la verdad es que estoy muy contento porque el grupo se ha mantenido muy unido y nos hemos quedado a un paso de los playoff. Las buenas sensaciones que ha dejado el equipo hacía tiempo que no se veían en El Collao.

EB: Tras su paso por el fútbol profesional, ¿qué diferencias o cambios ha encontrado al llegar a un equipo que milita en Segunda B?
AP: La diferencia es brutal. No tiene nada que ver Valencia, Sevilla o Leverkusen con el Alcoyano. Los medios y el presupuesto que se maneja en un club de Primera División que, además, aspira siempre a estar en competiciones europeas, no tiene nada que ver con un equipo de Segunda B. El Alcoyano es una familia, son tres personas las que lo gestionan prácticamente todo. A veces eso nos puede chocar, pero cuando te encuentras con el cariño de la gente que trabaja para el club, uno solo tiene palabras de elogio hacia todos ellos.

EB: No es ningún secreto que Valencia y Sevilla son los dos clubes que han marcado su carrera. Como valenciano y valencianista, ¿qué cree que ha fallado este año en Mestalla?
AP: Creo que el mal arranque de temporada. El Valencia, siempre que ha tenido estabilidad, ha funcionado muy bien, y creo que este año no se han dado esas condiciones. Desde la salida de Rufete, que estaba haciendo un muy buen trabajo en cantera y secretaría técnica, se pasó a darle el poder absoluto al entrenador, y eso evidentemente condiciona un poco las circunstancias del día a día. Entras en una dinámica de incertidumbre y dudas que se contagia a la plantilla. Se pierde la confianza en el entrenador, llega otro, y al final todo acaba rompiéndose por muchos sitios. Cuando quieres reaccionar, ya es tarde.

EB: La presencia de la cantera es cada vez más evidente en los equipos profesionales. ¿Qué tiene que tener un futbolista para triunfar en un equipo profesional?
AP: En la sociedad que vivimos hoy en día, mucha personalidad. Alrededor de los chavales hay un circo mediático que no les ayuda demasiado. La personalidad de ese jugador, su entorno, la humildad y la ambición que tenga para seguir trabajando son las condiciones indispensables para que puedan tener la oportunidad de llegar al mundo profesional. Si falla alguno de estos factores, lo va a tener muy complicado. Al final, el césped es el que manda, y todo el circo que hay a su lado queda en un segundo plano.

«Cada vez nos encontramos con más medios, profesionales titulados y recursos; esa debería ser la apuesta de la RFEF y de la FFCV, la inversión en los más pequeños, para que sigan siempre vinculados a este deporte, con el apoyo que sea necesario» Andrés Palop

EB: El fútbol base en la Comunidad Valenciana va ganando importancia a nivel nacional, y cada vez hay más jugadores en las selecciones inferiores de ‘la Roja’. Algo se estará haciendo bien…
AP: Sin duda. Se está trabajando muy bien a nivel de cantera. Tengo hijos que están jugando en las categorías de formación y voy con ellos a muchos pueblos y localidades que están funcionando muy bien. Cada vez nos encontramos con más medios, profesionales titulados y recursos; esa debería ser la apuesta de la RFEF y de la FFCV, la inversión en los más pequeños, para que sigan siempre vinculados a este deporte, con el apoyo que sea necesario.

EB: ¿En qué ha cambiado el fútbol base en el que aprendió Palop respecto a aquel en el que juegan ahora sus hijos, por ejemplo?
AP: La esencia es la misma. Evidentemente la estructura, las instalaciones, los recursos que hay hoy en día, antes no existían; nosotros cogíamos una bolsa de balones y a entrenar. Ahora todos los campos son de césped artificial, tienen sus conos, picas, balones, porterías móviles… Está todo mucho más cuidado y profesionalizado, y ese tipo de instalaciones son fundamentales para que los niños sigan yendo a entrenar, y estén mucho más formados que hace unos años.

EB: En esas categorías de formación, ¿es mejor por apostar por un sistema metodológico para toda la escuela?
AP: Es bueno marcar unas líneas de trabajo, pero igual de importante es que el entrenador tenga libertad en su trabajo, porqué además ambas cosas son compatibles. El Valencia estaba trabajando en esa línea. Creo que con Rufete había unas líneas de trabajo marcadas con la escuela, había una buena estructura, y con su salida las cosas han cambiado como es normal. Llega gente nueva con ideas nuevas, y es lógico que cueste un poco arrancar el proyecto. Al final el Valencia es un club histórico, que no debe aspirar a ser el Madrid o el Barcelona, debe tener y proponer su propio estilo de juego, tenemos que tener una identidad de juego propia, que debe prevalecer siempre, esté quien esté en el club, y seguro que están trabajando en ello.

EB: ¿Cómo empezó Palop a jugar a fútbol?
AP: Como cualquier niño. En la calle de l’Alcúdia y en el colegio. Jugábamos campeonatos de futbito en la escuela, y cuando tenía 8-9 años me ofrecieron ir al benjamín del equipo del pueblo porqué pensaban que tenía cualidades para jugar de portero. Ahí fui creciendo y pasando por todas las categorías, hasta que vino el Valencia.

EB: ¿Cómo llegó al Valencia?
AP: Fue una alegría enorme, yo era y soy valencianista. Veía por la tele los partidos que se emitían del Valencia, pero en la vida se me pasó por la cabeza jugar en el Valencia, cosa que ahora vayas donde vayas por los pueblos de la provincia, todos quieren jugar en el Valencia. Yo solo quería jugar a fútbol. En un COTIF, había un ojeador del Valencia, Pascual Sendra, que me vio jugar y me convocó a unas pruebas en la Ciudad Deportiva de Paterna. Recuerdo que eramos 50 niños, los porteros entrenamos con Ángel Abelardo, y me dijeron que ya me llamarían. Me volvieron a llamar y me dijeron que me fichaban, entré en los juveniles del Valencia y no me lo podía creer. No había salido nunca de mi pueblo, y ahora tenía que hacerlo, salir todos los días a Valencia, y fue una experiencia magnífica. Entrar en la escuela del Valencia era algo que jamás pensé que podría llegar a suceder.

EB: ¿Qué papel ha jugado tu familia en tu carrera? Tus padres primero y tu mujer y tus hijos después…
AP: Fundamental. Sin ellos no habría sido posible. Mi padre siempre me acompañaba a los partidos, y nunca se ha metido a criticar o protestar lo que hacía el entrenador o el club. Hay muchos padres que se exceden en ese aspecto y no le hacen ningún favor a su hijo. Mi padre y mi madre han trabajado mucho en esta vida, y me dieron el soporte económico que podían, para que yo pudiese estar yendo a entrenar a Paterna, para ellos era un sacrificio enorme. Ellos nunca se han metido mucho en el mundo del fútbol, siempre me han dejado hacer, han disfrutado de mis éxitos y han estado ahí cuando las cosas no iban bien para darme su apoyo, igual que mi mujer, ella ha sido otra pieza clave. Desde los 20 años ha estado a mi lado y me ha visto jugar desde preferente hasta la selección absoluta, y siempre ha sido de vital importancia para mí.

«El entrenador es el que marca las líneas a seguir y no puedes hacer que tu hijo esté más pendiente de ti que de quién tiene que estarlo en ese momento. Hay que erradicarlo» Andrés Palop

EB: La actitud de muchos padres es tema de discordia cada fin de semana en los partidos de fútbol base. ¿Cómo se puede suavizar o solucionar esa situación?
AP: Esa actitud es nefasta para el niño, para el club y para la familia. El entrenador es el que marca las líneas a seguir y no puedes hacer que tu hijo esté más pendiente de ti que de quién tiene que estarlo en ese momento. Hay que erradicarlo. El padre que es inteligente, esas cosas no las hace. Cuando los jugadores profesionales que ya hemos pasado por ahí, decimos que eso no es bueno, deberían hacernos caso. Otra cosa es que después del partido, el padre, siempre de forma constructiva y cuando el niño está más calmado, hable con el sobre el partido, para ver como se ha sentido, o que ha aprendido ese día.

EB: ¿Sufre más como padre, como entrenador o bajo palos?
AP: Es complicado. Como padre sufro mucho, aunque cada vez menos. Mis hijos se van haciendo mayores, y al ir creciendo tienen cierto dominio del entorno. Entiendo el fútbol y la posición de portero, ambos juegan ahí [su hijo Jorge milita en CF San José y Alejandro lo hace en el Patacona CF], cualquier error es un gol y eso al principio es duro. Muchas veces la gente no entienden que puedan fallar, pero los niños no nacen enseñados y tienen que aprender, pero superada esa etapa, ahora se lleva mejor. Como entrenador también se pasa mal, tienes que estar pendiente de muchas cosas, que a veces no dependen de ti y se pasa mal.

EB: Muchas veces las cesiones son un gran paso para muchos futbolistas que se acaban de formar fuera, como usted en el Villarreal… ¿Es partidario?
AP: Hay que tener claro lo que necesita cada jugador. En mi caso, yo venía de hacer dos años muy buenos en Segunda B y arriba estaban  Zubizarreta, Bartual, iban a fichar a Cañizares, y evidentemente no tenía sitio para jugar. Entendía lógico que el siguiente paso, tras la Segunda B, fuese jugar en Segunda, y decidí salir para jugar y seguir creciendo. En Villarreal viví un ascenso por primera vez en la historia del club, y eso es algo impagable, que jamás podré olvidar.

EB: Como portero siempre ha convivido con la incómoda competencia por un puesto con otros compañeros. ¿Cómo gestiona esa situación un jugador para mantenerse siempre competitivo?
AP: Para mí no era incomoda. Siempre han dicho que me llevaba mal con uno o con otro, y no es cierto, eso es una leyenda urbana. Yo competía, y mi arma era competir. Yo no tenía padrinos o contactos que me pudiesen dar un empujón, venía de donde venía y lo que hacía era trabajar, desde siempre y muy duro, para ser mejor cada día. El objetivo era sacar yo el máximo rendimiento de mí como profesional. Lo fácil es acomodarse como suplente y utilizar el no jugar como excusa para justificar el bajo rendimiento. Jamás he sido una persona cómoda, y siempre he intentado trabajar al máximo y aceptar los retos. Después de 6 años de suplente en el Valencia (que hay que estar ahí para vivirlo y saber lo que es), acepté el reto de ir al Sevilla, que se ha convertido en uno de los clubes más importantes de España.

EB: ¿Y como entrenador?
AP: Hablo mucho con los jugadores para hacerles ver, a veces con mi ejemplo, que esa oportunidad de jugar llega y necesito que estén preparados, en cualquier momento puede haber una expulsión o una lesión y hay que estar listo., aunque es cierto que el futbolista no te va a entender, porqué siempre quiere jugar. Hoy en día y más en mi categoría, todos participan. En la plantilla del Alcoyano todos han jugado 15-16 partidos, y me gusta gestionar siempre el grupo de manera que todos tengan su oportunidad.

EB: ¿Por donde pasa el futuro de Palop tras terminar su vinculación con el Alcoyano?
AP: Pues por un proyecto interesante que apueste por nosotros. Al final nuestro trabajo y nuestra propuesta está ahí. Me encantaría un equipo con objetivos de ascenso, si sigo en Segunda B. Estoy convencido de que somos capaces de hacerlo muy bien, porque con el juego que proponemos y la forma en la que gestionamos al grupo, podemos conseguir objetivos importantes.