Tras terminar su vinculación con el Baniyas SC de los Emiratos Árabes Unidos, Luís García Plaza ya planea el viaje de vuelta a España. En julio, cuando acaben el colegio sus hijos, estará de vuelta para escuchar ofertas de cara a un nuevo proyecto. Mientras, disfruta de su país de acogida estos dos últimos años y de su familia. Pese a ser madrileño, Altea y Valencia son las dos ciudades que lleva en el corazón, y no esconde que su deseo es volver a entrenar en España. ESPORTBASE ha podido hablar con él.
ESPORTBASE: La primera cuestión es obligada: ¿cómo ha sido la aventura en Abu Dhabi?
LUÍS GARCÍA: Muy gratificante. Aquí no es fácil estar dos años en un equipo medio, que no es de los grandes y que tiene como objetivo mantener posición en la liga o hacer un buen papel en la Copa. La verdad es que estamos todos muy contentos. Aparte del tema económico, vinimos aquí con dos objetivos: el primero era dominar un idioma extranjero, y el segundo, ya nivel familiar, que los niños vuelvan a España hablando inglés, y ese es sin duda el mayor regalo.
EB: ¿Qué ha aprendido en estos dos años en el fútbol árabe?
LG: Ellos tienen costumbres diferentes para todo. Como entrenador tienes que centrarte en otras cosas. Son jugadores que no están acostumbrados al profesionalismo. Hay que estar pendientes de que se cuiden, de que sean puntuales y cosas semejantes, que en España no son necesarias para el entrenador en el primer equipo porque los jugadores lo tienen asumido. Aquí hay que trabajar mucho a nivel posicional y recordar aspectos tácticos básicos, que es lo que más necesitan.
EB: ¿Cómo ha visto la Liga desde la distancia?
LG: Han sido dos años de seguirla cuando puedes. Aquí trabajas muchas horas y tienes que ver partidos de esta liga, pero siempre sacas tiempo a pesar de la diferencia horaria que es de dos o tres horas. Esta temporada en España es similar a las últimas en la parte alta: arriba están los de siempre, y por la parte baja los equipos que tienen como objetivo evitar el descenso. Eso sí, hay una liga muy bonita en ese segundo vagón de los equipos que pelean por Europa. Cada año hay sorpresas, como la del Celta que lucha por Europa, o la del Valencia que no ha tenido un buen año y está en un lugar que no se esperaba.
EB: ¿Está sufriendo mucho con el Levante?
LG: Mucho. Este año es muy duro para todo el levantinismo. Hay que seguir creyendo que todo es posible, los de abajo no ganan y hay que creer que es posible, porque pese a sacar un punto de nueve sigues a dos partidos de salir del descenso. El levantinismo sin duda lo merece. No va a ser una buena temporada aunque te salves, porque lo vas a lograr con una puntuación muy baja.
EB: ¿Cuándo regresará Luis García a nuestro país?
LG: En julio volveré a Altea, que es cuando acaba el colegio aquí. Para mí Valencia y Altea son mi casa, y una vez allí decidiremos que hacer. Desde luego, seguir entrenando.
EB: Ahora que está sin equipo, ¿le gustaría volver a entrenar al Levante en España o ir de nuevo al extranjero?
LG: El Levante lo llevo muy dentro y ojalá en un futuro se pueda dar, me siento como en casa y le deseo lo mejor, ojalá pueda salvar la categoría. Ahora mismo es un equipo que tiene entrenador y hay que dejarle trabajar y darle el máximo apoyo. Lo que sí que tengo claro es que entrenar en España es lo que más me gustaría, pero iremos donde haya un proyecto que nos guste y que sea atractivo. Influyen muchas cosas, no sólo el aspecto económico. No me importaría salir fuera de nuevo, pero la prioridad va a ser siempre España.
EB: ¿Cómo se prepara un entrenador de élite?
LG: Los cursos de entrenador te enseñan muchas cosas, pero esta profesión tiene que ser vocacional. Cuando me hablan de jugadores que son excelentes entrenadores, como Guardiola, Luís Enrique y tantos otros, siempre digo lo mismo: siempre han sido entrenadores. Es algo que sientes desde que eres joven. Tu intuición, la manera de entender el deporte, la vida y la capacidad de poder transmitirlo es algo que no se aprende sin vocación. La preparación, la experiencia y el trabajo son las herramientas para crecer.
EB: ¿Cuál cree que es la cualidad más importante en un entrenador?
LG: Hay muchas. Lo primero es diferenciar al entrenador de base del que trabaja en la élite. El entrenador de formación está mucho mas pendiente de otros aspectos y es fundamental en el crecimiento del jugador como persona, a nivel competitivo y como integrante de un grupo. En la élite el entrenador se preocupa de otras cosas, aunque es cierto que también tiene que hacer muchas veces ese papel cuando llega un jugador joven a la plantilla. Lo fundamental en la máxima competición es que el entrenador sea capaz de sacar rendimiento de la plantilla, sacar lo máximo de tus jugadores. Recibes muchas críticas y la presión es enorme, saber llevarla es fundamental para poder estar arriba.
EB: Hay muchos equipos que tienen cada vez más jugadores salidos de sus categorías de formación. ¿Cuál es la clave para que funcione una cantera?
LG: En todas las canteras de los equipos hay jugadores de sobra para dar el salto a Primera. Por ejemplo, a Iván López lo vi con 16 años y nos lo llevamos a una concentración, y ya se veía que tenía lo necesario para poder estar arriba. Lo importante es que lleguen preparados. Al final, pasan cosas muy rápido y cómo las afronte el futbolista es fundamental.
EB: ¿Qué papel juega la confianza del entrenador?
LG: Es fundamental: los chicos deben saber lo importante que es quemar etapas. Siempre pongo el ejemplo de Silva, que para ser lo que es ahora tuvo que salir cedidos dos años. Pero ahí la confianza del entrenador es máxima. Depende mucho también de las circunstancias. Puede que tengas un jugador muy bueno en el filial, pero que su posición está ocupada en el primer equipo, o que las necesidades, por sanciones o lesiones, te hagan contar con otro que en principio no entraba en tus planes. A veces crees más en uno y lo pones y luego otro entrenador no lo hace. Pero el que es bueno de verdad, al final acaba jugando.
EB: En el fútbol base se habla mucho del rol los padres. ¿Cuál cree que debería ser su actitud?
LG: Es muy difícil decirlo. Mi hijo tiene ahora 8 años y, cuando juega, yo trato de estar apartado. Al final tienes que dar ejemplo. Muchas veces los padres me preguntan sobre cómo veo al equipo, o quién es mejor, pero siempre les digo lo mismo: los niños tienen que disfrutar. A medida que vayan creciendo y la exigencia aumente, ellos mismos serán los que se vayan esforzando más en ser mejores. Los padres que creen e insisten en que su hijo puede llegar a la élite, y lo atosigan desde pequeño, no le hacen ningún favor. El porcentaje de los que llegan es muy reducido. Lo importante es que hagan deporte, que lo pasen bien, que aprendan a relacionarse y lo demás ya llegará si tiene que llegar.