Cuando ESPORTBASE llega al campo del Alter en Torrente, se encuentra unas instalaciones apartadas y a priori descuidadas. Una imagen que cambia por completo al cruzar la puerta. El Evangélico CF, equipo que juega en El Alter, cedió sus instalaciones para que los equipos Infantil y Cadete de Huracán pudiesen entrenar allí.
La cercanía se nota desde el primer momento en el que das un paso. Han habilitado una sala para que los padres no pasen frío, prestan material si se necesita y han aceptado renegociar la deuda con el club para que sus niños puedan seguir jugando a fútbol. «La gente del Evangélico, aquí en Torrente, nos ha tratado genial, ha sido una suerte encontrarlos», un detalle que no ha pasado por alto el capitán, Fabián Veloz.
Es cierto que un club como Huracán no debería pasar penurias, pero la realidad es muy distinta. Una realidad que han asumido con una madurez impropia de su edad todos los jugadores. «Tenemos conos, petos, balones y un campo. No necesitamos nada más», nos cuenta Carlos Carrió, uno de los capitanes del equipo. Se podría pensar que la situación límite que vive la entidad habrá mermado el ánimo de los jugadores, pero nada más lejos de la realidad: «De todo esto el grupo ha salido muy reforzado, vamos todos a una y eso se nota en los resultados deportivos» afirma Carles Montoliu sin titubear. Insiste en que son «conscientes de que tenemos que trabajar más duro aún para demostrar que seguimos siendo competitivos«, y es por ello que están a dos puntos de la promoción.
Todo esto es posible, como les hemos venido contando, gracias al esfuerzo de los padres, que son los verdaderos artífices de que Huracán (o lo que queda de el) siga en competición. Muchos de ellos no saben qué ha hecho el club con el dinero que pagaron al principio de temporada, y pese a que han podido recuperar parte del importe que se abonó mediante transferencia, hay otra gran cantidad de la que se desconoce el paradero.
Ha tenido que ser uno de los padres el que abonara desinteresadamente la deuda de 1.500€ con la federación para poder seguir en competición. Una federación que no permite que los jugadores de los desaparecidos Infantil y Cadete B puedan competir con los compañeros de un año más o marcharse a otro club, algo que si sucede con otros equipos, y una situación que no se entiende, ya que todo esto se origina con el problema de impagos del primer equipo, algo «que no tiene sentido, ya que dejar sin jugar a Infantiles o Cadetes de primer año, ni en sus propios equipos, es incomprensible», apunta uno de los padres. De momento van a seguir trabajando duro para poder encontrar una solución, que esperan que llegue antes de que desaparezca el club para que sus hijos no tengan que marcharse del equipo.
Si alguno de los lectores de ESPORTBASE quiere colaborar con la escuela de Huracán Valencia, puede contactar con los afectados en la dirección denguidanos@gmail.com para ver de qué manera se puede ayudar a una escuela que, si nadie pone remedio, corre el riesgo de desaparecer.