La que hace poco más de tres años era una de las escuelas más potentes de la Comunidad Valenciana se encuentra al borde de la desaparición. Como ha venido informando el periódico ESPORTBASE, la expulsión administrativa del primer equipo de Huracán Valencia por el impago de los arbitrajes (pese a que la deuda de otros equipos era mayor, y éstos siguen compitiendo), ha condenado a las categorías inferiores.
Hasta tal punto llega el desastre, que el Infantil B o el Cadete B ya no tienen equipo para poder competir, y aquellos niños que no pueden jugar tampoco encuentran facilidades en la Federación para poder marcharse a otro club, o reforzar a los de segundo año de su misma entidad. Si no se encuentra una solución pronto, lo más probable es que la temporada 2016-2017 no puedan empezarla.
Es cierto que, tras asumir la obligación de tener que dejar las instalaciones de Manises, el club abandonó toda su infraestructura de futbol-8 por parte de la anterior directiva, algo que ya hacía presagiar que las cosas no iban demasiado bien. Pero lo que nadie esperaba es que llegara el momento en el que no se pudiesen afrontar los gastos de arbitrajes, desplazamientos, instalaciones, material, agua o luz.
A fecha de hoy, gracias a que dos padres que han asumido el pago de los arbitrajes y a que entrenadores o fisioterapeutas han renegociado la deuda que se tenía con ellos, los equipos pueden seguir funcionando, en espera de que llegue una solución; vía judicial si se tramita el concurso de acreedores, o bien, encontrando inversión externa de alguien que apueste por una de las escuelas más potentes de Valencia.
De momento, son los entrenadores los que gestionan absolutamente todo en los equipos. No hay preparadores físicos, ni un director deportivo o responsable que pueda, en nombre la entidad, hablar con técnicos, padres o servir de interlocutor con la Federación, por lo que son los padres quienes están asumiendo esa responsabilidad.
Muchos de los padres de los alumnos/jugadores el club se preguntan dónde está su dinero. Pese a que han podido recuperar parte de lo pagado, el gasto por niño podría suponer un sobrecoste para las familias de más de 100€. Con lo que no contaban es con la suerte de haberse topado en el camino con la gente del CF Evangélico, que les ha cedido las instalaciones renegociando la deuda que Huracán tenía con ellos, y poniendo a su disposición cualquier cosa que puedan necesitar, incluso les han habilitado una sala para que puedan cobijarse del frío o la lluvia y no tengan que esperar a que acabe el entrenamiento en el coche. Al final, en el deporte, siempre hay un lado bueno: las personas.
Si quieres colaborar con la escuela de Huracán Valencia, no dudes en contactar con denguidanos@gmail.com para ver de qué manera se puede ayudar a una escuela, que si nadie pone remedio, corre el riesgo de desaparecer.